Hoy toca una de confesiones culinarias y como son culinarias, pues me meto en la cocina de Sara para contároslas porque me parece el sitio más aparente que conozco. ¡Allá va!
Jamás en la vida, jamás de los jamases, nunca, never, jamais?? había cocinado yo tanto y tan seguido.
Vamos a ver, que me gusta comer es algo de sobra conocido y comentado. Que me guste cocinar, bueno?? no me desagrada, me molesta sobre manera lo de limpiar después eso sí que es verdad y me cansa mucho lo de pensar y organizar para preparar comidas, meriendas y cenas.
Así que esto de andar cocinando todos los días para tres personas y a veces hasta dos veces al día?? está siendo muy, muy, muy intenso.
Ya os lo digo.
¿Y todo esto por qué?
Pues ahora os lo cuento??
Por avatares del destino (que me ha gustado a mí siempre esta frase??) este año los peques comen en casa. Por primera vez desde que van al cole, no van a comer al comedor escolar. Vienen a casa. Comen en casa. Voy a buscarles, comemos y después les llevo de nuevo al colegio.
La verdad es que en el cole de mis hijos es una mínima minoría la de los niños que se van a casa a comer, básicamente por el tema del trabajo de los padres, como es lógico.
Así que ahí me tenéis a mí lo primero de todo: organizándome.
Vamos a ver, si hay que hacer algo se hace y se hace bien, eso para empezar. Y si de lo que estamos hablando es de la alimentación de mis hijos pues son palabras mayores.
Así que ante esta circunstancia empecemos por el principio.
1º: Un Organizador.
Imprescindible si no quiero que mis chicos se pasen media semana comiendo pasta (algo que a ellos les encantaría, claro), necesito un organizador en el que anotar el domingo por la noche, los menús de la semana. Los posibles menús porque me conozco y después más de uno me lo salto o lo modifico, eso sí, sin perder el tema de la alimentación equilibrada y esas cosas.
Tenéis un montón de ellos en esos blogs de auténticas artistas (no, no es el caso de esta que os habla/escribe).
Justo cuando lo necesitaba lo publicó la psicomami en su blog para compartirlo, así porque sí, porque ella es de naturaleza generosa y nada más.
2º: La Compra
A ver, no me gusta ir al supermercado más que lo estrictamente necesario. Me sé la cancioncita del super y de vez en cuando hasta se me escapa en casa y no, no es algo de lo que esté feliz como un regaliz. Me aburre que me cambien las cosas de estantería y que me vengan con promociones extrañas y el colmo de los colmos es ir al super con mis hijos, un dolor a no ser que vayamos con una lista y nos lo planteemos como una misión casi propia del ?Call of Duty?? (pero de eso ya os hablo otro día si eso).
Así que me organizo para seguir yendo un día y solo un día al supermercado, ni uno más, con uno me basta y casi me sobra. Ir más días sería abusar, un exceso, sería vicio o algo peor… ¡quita, quita!
Lo que sí he empezado a ir y reconozco que no me disgusta tanto, es a comprar la fruta y la verdura al mercadillo más cercano. Hay poca gente porque voy tempranito y me gusta que me recomienden productos y me cuenten lo que va a dejar de estar de temporada y esas cosas.
Vamos que esto sí que ha sido un descubrimiento que me ha gustado y que repercute positivamente en lo que comemos, en lo que gastamos y en lo que contaminamos?? sí, hay que ver las cosas desde todos los ángulos porque los tienen.
3º: El Resultado
Con todo ya comprado y los menús organizados más o menos queda meterse en la cocina y ponerse a ello. La verdad es que no es tan fiero el león como lo pintan y de momento voy salvando el tipo. Lo mejor es que mis chicos están encantados con lo de comer en casa, creo que ellos tampoco se esperaban que pudiera cocinar cosas distintas tantos días seguidos y además platos que les están gustando.
Mis armas secretas: la olla a presión con programación, el horno que también se puede programar y la thermomix.
Las armas menos secretas pues las de siempre: sartenes, cazos y cuchillos.
Ya veis que me crezco ante las dificultades y lo mismo esto de pasar de vez en cuando por casa de Sara pues lo mismo es que se me está pegando algo bueno y empieza a ser una buena y sana costumbre esto de cocinar todos los días para varias personas. Hay quien dice que hasta les relaja pero también es verdad que?? ¡hay gente para todo!