Hasta hace bien poco, disfrutar de las innumerables comidas-cenas navideñas, era una tarea sencilla, solo tenía que cuadrarlas en la agenda, tener la ropa adecuada para cada ocasión, presentarme en el lugar a la hora indicada y dedicarme a mover el bigote y aclararme la garganta con las viandas típicas de esta época, pero desde la llegada del peque todo eso ha cambiado.
El año pasado descubrimos a golpe de ?ostras, ¿y el peque???, lo que supone para una familia pasar unas navidades con niños, en realidad para nosotos el año pasado fue más o menos sencillo porque él aun mamaba, pero este año hemos empezado a intuir lo difícil que puede ser mantener a raya los horarios que tenemos establecidos (que todo dicho de paso, no son muchos) y sobre todo, limitar la ingesta de alimentos a lo que debería ser la dieta de un niño de casi un año y medio.
La Navidad es una época de excesos gastronómicos para todos y llegar a casa de las abuelas, o que vengan sus tías y que agasajen al peque con dulces típicos de todo tipo, empieza a ser la tónica generalizada, que el niño probará todos y cada uno de los platos de las cenas y comidas navideñas, porque según sus abuelas y su abuelo, ?como vas a acostar a la criatura tan pronto ese día tan bonito y no va ha cenar con todos??, también empezamos a intuirlo.
Así que, si tenéis niños y queréis disfrutar de unas Navidades en Paz y Alegría, respirar hondo y proponer o prepara recetas de las que puedan disfrutar los más pequeños de la casa, por ejemplo, una sopa de pescado con estrellitas o una crema de champiñones con crustoncitos de primero y una lubina a la sal o merluza rellena de gulas y gambitas de segundo y para terminar una tarta, un bizcocho, galletas o un roscón echo en casa es garantía de que no tendrá nada que no pueda comer. Solo tenemos que utilizar los alimentos que nuestros pequeños pueden comer y transformar alguna receta típica navideña para que ellos disfruten también y sobre todo vosotros estéis tranquilos con lo que coman esos días.
Eso sí, cuando vayamos de visita tendremos que poner nuestra mejor cara y pedir a nuestro anfitrión que no ceben (si eso es posible) a nuestros pequeños con turrón, fruta escarchada y roscón de Reyes y recordar que si vuestros pequeños tienen alguna alergia o intolerancia, esta es una época muy mala para esa “costumbre” que tenemos en todo el mediterráneo que es, dar de comer a los niños, una chapita o una etiqueta bien visible indicando que tiene una alergia puede evitarnos muchos incidentes no deseados.